El Origen moderno de la esquizofrenia.
Datos estadísticos muestran una marcada incidencia de la esquizofrenia a lo largo del siglo XIX. Esto, debido a la particular configuración del yo moderno y actual, que consiste en seguir una tendencia individualista e interiorizante, que se preocupa sólo por sí mismo y su imagen. Básicamente es una separación creciente entre el individuo y la sociedad. En cambio, la tendencia interiorizante, consiste en la separación interna del individuo; su interior y su exterior. Esto, haciendo que los pensamientos puedan llegar a tomarse más reales que incluso la realidad misma, la cual pasa a ser como una ilusión.
El comienzo de la esquizofrenia en la juventud.
Es bien conocida la afinidad entre ciertas características de la adolescencia y la esquizofrenia como sentirse especial y único frente a su entorno social y su conciencia de sí mismo bien intensificada. Igualmente, son frecuentes las experiencias cuasi-psicóticas en la adolescencia, parecidas a las que suceden en la esquizofrenia, como creer que frases de carteles tienen un significado especial para uno, creer que la gente puede leer la mente de otros, etc., etc.
Expresiones sintomáticas transculturales y sus tratamientos.
Su despliegue, como es característico de esta enfermedad, está, claramente, en los delirios. Los delirios o delusiones —como Honorio Delgado prefería llamarles— deben lógicamente reflejar el tiempo y el espacio en el que se producen. Un paciente paranoide en una ciudad occidental se quejará de que la policía lo controla y persigue, o de que recibe radiaciones de la pantalla del ordenador mientras que un paciente de idénticas características de un poblado africano identificará probablemente a sus agresores con personas de otras comunidades.
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